En una entrevista con la Revista Don Balón de España, Cesc Fábregas, capitán del Arsenal con 23 años, repasa su carrera futbolística. Dentro de la extensa nota, deja en claro que Wenger no podría dirigir en España, que es el momento de dar el gran salto en su club y además "jugar muy bien y perder no sirve". A continuación las preguntas más destacadas.
DB.- ¿Qué imagen tenía un chaval de 16 años sobre el Arsenal?
-Sabía que tenían un gran entrenador, que apostaban por los jóvenes y que jugaban futbolistas como Henry, Bergkamp, Viera, Pires. Tampoco era yo un fanático de la liga inglesa, seguía los resúmenes del domingo pero ya está. Quizá por eso fue aún más difícil venir aquí, tampoco sabía muy bien dónde iba...
DB.-¿Se siente un niño prodigio?
-No. Bueno, a lo mejor al principio sí. Ahora no. Ya llevo un par de años que las lesiones no me han dejado evolucionar de la manera que hubiera querido. Pero con 17 años jugar 51 partidos, luego con 18 ganar la Copa, jugar la final de la Champions y el Mundial con 19. Yo me acuerdo perfectamente de mis inicios pero la gente no mucho. En esos primeros tres años fue todo muy rápido, una auténtica pasada. Es el tiempo en el que he evolucionado más, el cambio más fuerte que he hecho. A partir de los 21, después de la Eurocopa, he tenido más lesiones, todo ha sido menos continuo y me ha costado más progresar.
DB.-Vayamos por partes. Su primera temporada en el primer equipo, con 17 años, no es con un equipo cualquiera...
-Era un equipazo. ‘Los Invencibles’, que venían de ganar la Premier sin perder ni un solo partido. Yo empecé ahí y estuve entre 15 y 18 partidos más en los que tampoco conocimos la derrota. Ese año jugué 51 partidos y muchísimos como titular. La verdad es que me siento un poco parte de aquel récord, en total fueron 49 partidos de liga sin perder.
DB.-Bueno, ahora los jóvenes del equipo se fijan y quieren aprender de usted...
- Eso ya no lo sé pero es que sólo tengo 23 años y eso es importante recordarlo. Empecé tan pronto que parece que tenga 27 o 28. Luego te fijas y me queda mucho camino por recorrer. Por eso tuve mucho suerte. Los jóvenes aprendían de los más grandes. Ahora es más complicado. Si metes a Wilshere en el equipo en el que jugaba antes... es diferente. No digo que sea ni mejor ni peor. Antes había referentes, jugadores ganadores, fuertes y con los que aprendías más rápido jugando con ellos.
DB.-¿Le molesta que se asocie el nombre de Wenger al suyo como alguien que guía sus pasos, que decide por usted?
-Hombre, él es el jefe, yo tengo contrato y él tiene todo el derecho del mundo de decidir. Pero la verdad es que no. Se puede ver o interpretar desde fuera pero no es así. Yo siempre le hablo con franqueza y sinceridad y él acepta bastante lo que yo le digo.
DB.-Parece que haya que buscar un 'culpable' de que usted siga en el Arsenal...
-No sé pero parece que si no doy el paso ahora no lo voy a dar nunca. Tengo 23 años y si me voy este verano, tendré 24; si me voy al otro, tendré 25; si me voy al otro, 26; y si me voy al otro, ¡27! Las cosas se tienen que llevar con paciencia y esperar el momento oportuno. El día que me vaya del Arsenal lo haré con cabeza, no porque sí. Además, ¿quién te asegura que vas a jugar en el nuevo equipo? O a lo mejor no evolucionas. Yo aquí tengo la gran suerte de que a nivel personal, a pesar de no ganar mucho, me estoy haciendo muy fuerte. Hablo con Puyol y me cuenta que hasta los 26 no ganó nada. ¡Puyol, que lo ha ganado todo en el mundo del fútbol! La paciencia y el trabajo es lo más importante en la vida.
DB.-¿Cómo se explica que un técnico como Wenger, que no ha ganado nada durante tantos años, siga siendo tan poco cuestionado?
-Hombre, ahora es más fácil de entender porque llevo muchos años aquí. Pero está claro que si vienes de España y le dices a Emery, Guardiola y Mourinho que estarán tres años sin ganar nada se da por supuesto que no van a seguir. Pero aquí es diferente, el míster es una persona inteligente y el club valora otras cosas: que el equipo siempre esté en Champions, que luche hasta el final, que saque gente joven, la estabilidad económica. Supongo que para los presidentes eso es importante. Aunque imagino que habrá un momento en que tendrás que dar el paso... O ganas o no ganas.
DB.-Ahí quería llegar. La etiqueta que acompaña al Arsenal es la de 'Nunca gana nada pero... ¡qué futbol practica!'.
-Es verdad. Cuando yo empecé ganamos la Copa y luego llegamos a la final de la Champions, que, bueno, no la ganamos pero dices: ‘ostia’, te ha ganado el Barcelona con uno menos y en el último minuto. No lo das como una victoria pero piensas: es la primera vez que este club llega a una final de la Liga de Campeones, que han jugado millones de jugadores aquí y lo hemos conseguido nosotros. Pero a partir de 2007 yo ya empecé a decir aquello de ''no ganamos pero jugamos muy bien''. Y después te das cuenta que no sirve. Disfrutas, durante una fase del campeonato, como este año, por ejemplo, cuando estábamos en cuatro competiciones distintas. Y dices: ¡si aquí lo tengo todo! Pero luego falta ese punto final y es aquí donde se tiene que tomar una decisión: O ir a ganar o a formar jugadores.''¿El Chelsea? Nadie me va a ver con la camiseta de otro equipo inglés''
DB.-El año pasado, tras la marcha de Adebayor, usted explotó como goleador. ¿Qué pasó?
DB.-¿Se siente un niño prodigio?
-No. Bueno, a lo mejor al principio sí. Ahora no. Ya llevo un par de años que las lesiones no me han dejado evolucionar de la manera que hubiera querido. Pero con 17 años jugar 51 partidos, luego con 18 ganar la Copa, jugar la final de la Champions y el Mundial con 19. Yo me acuerdo perfectamente de mis inicios pero la gente no mucho. En esos primeros tres años fue todo muy rápido, una auténtica pasada. Es el tiempo en el que he evolucionado más, el cambio más fuerte que he hecho. A partir de los 21, después de la Eurocopa, he tenido más lesiones, todo ha sido menos continuo y me ha costado más progresar.
DB.-Vayamos por partes. Su primera temporada en el primer equipo, con 17 años, no es con un equipo cualquiera...
-Era un equipazo. ‘Los Invencibles’, que venían de ganar la Premier sin perder ni un solo partido. Yo empecé ahí y estuve entre 15 y 18 partidos más en los que tampoco conocimos la derrota. Ese año jugué 51 partidos y muchísimos como titular. La verdad es que me siento un poco parte de aquel récord, en total fueron 49 partidos de liga sin perder.
DB.-Bueno, ahora los jóvenes del equipo se fijan y quieren aprender de usted...
- Eso ya no lo sé pero es que sólo tengo 23 años y eso es importante recordarlo. Empecé tan pronto que parece que tenga 27 o 28. Luego te fijas y me queda mucho camino por recorrer. Por eso tuve mucho suerte. Los jóvenes aprendían de los más grandes. Ahora es más complicado. Si metes a Wilshere en el equipo en el que jugaba antes... es diferente. No digo que sea ni mejor ni peor. Antes había referentes, jugadores ganadores, fuertes y con los que aprendías más rápido jugando con ellos.
DB.-¿Le molesta que se asocie el nombre de Wenger al suyo como alguien que guía sus pasos, que decide por usted?
-Hombre, él es el jefe, yo tengo contrato y él tiene todo el derecho del mundo de decidir. Pero la verdad es que no. Se puede ver o interpretar desde fuera pero no es así. Yo siempre le hablo con franqueza y sinceridad y él acepta bastante lo que yo le digo.
DB.-Parece que haya que buscar un 'culpable' de que usted siga en el Arsenal...
-No sé pero parece que si no doy el paso ahora no lo voy a dar nunca. Tengo 23 años y si me voy este verano, tendré 24; si me voy al otro, tendré 25; si me voy al otro, 26; y si me voy al otro, ¡27! Las cosas se tienen que llevar con paciencia y esperar el momento oportuno. El día que me vaya del Arsenal lo haré con cabeza, no porque sí. Además, ¿quién te asegura que vas a jugar en el nuevo equipo? O a lo mejor no evolucionas. Yo aquí tengo la gran suerte de que a nivel personal, a pesar de no ganar mucho, me estoy haciendo muy fuerte. Hablo con Puyol y me cuenta que hasta los 26 no ganó nada. ¡Puyol, que lo ha ganado todo en el mundo del fútbol! La paciencia y el trabajo es lo más importante en la vida.
DB.-¿Cómo se explica que un técnico como Wenger, que no ha ganado nada durante tantos años, siga siendo tan poco cuestionado?
-Hombre, ahora es más fácil de entender porque llevo muchos años aquí. Pero está claro que si vienes de España y le dices a Emery, Guardiola y Mourinho que estarán tres años sin ganar nada se da por supuesto que no van a seguir. Pero aquí es diferente, el míster es una persona inteligente y el club valora otras cosas: que el equipo siempre esté en Champions, que luche hasta el final, que saque gente joven, la estabilidad económica. Supongo que para los presidentes eso es importante. Aunque imagino que habrá un momento en que tendrás que dar el paso... O ganas o no ganas.
DB.-Ahí quería llegar. La etiqueta que acompaña al Arsenal es la de 'Nunca gana nada pero... ¡qué futbol practica!'.
-Es verdad. Cuando yo empecé ganamos la Copa y luego llegamos a la final de la Champions, que, bueno, no la ganamos pero dices: ‘ostia’, te ha ganado el Barcelona con uno menos y en el último minuto. No lo das como una victoria pero piensas: es la primera vez que este club llega a una final de la Liga de Campeones, que han jugado millones de jugadores aquí y lo hemos conseguido nosotros. Pero a partir de 2007 yo ya empecé a decir aquello de ''no ganamos pero jugamos muy bien''. Y después te das cuenta que no sirve. Disfrutas, durante una fase del campeonato, como este año, por ejemplo, cuando estábamos en cuatro competiciones distintas. Y dices: ¡si aquí lo tengo todo! Pero luego falta ese punto final y es aquí donde se tiene que tomar una decisión: O ir a ganar o a formar jugadores.''¿El Chelsea? Nadie me va a ver con la camiseta de otro equipo inglés''
DB.-El año pasado, tras la marcha de Adebayor, usted explotó como goleador. ¿Qué pasó?
-Bueno, cambié de posición. Ahora estoy jugando más de mediapunta, el año pasado fue el primero que ocupé esa posición. Me notaba muy bien físicamente y la mayoría de goles llegaron cuando estaba con Van Persie arriba. Me entiendo muy bien con él por su forma de interpretar el juego.
DB.-Se enteró del revuelo que hubo sobre Jon Toral, otro futbolista de la cantera del Barça que no hace mucho fichó el Arsenal. ¿Le sorprendieron las críticas a su entrenador, teniendo en cuenta lo similar de su caso?
-Yo creo que esto lo hace todo el mundo. Yo fui el primero, sí, pero ha habido otros casos que no han trascendido tanto. El Manchester United también se llevó a Piqué. Aquí lo único que está claro es que en el Barcelona hay canteranos buenísimos que pueden llegar a jugar en la élite, el 60% probablemente. Pero no todos lo van a hacer en el Barça y algunos jugadores son conscientes de ello.
DB.-¿Usted lo era?
-Mira, en el primer equipo del Barcelona llegan los privilegiados: los Xavi, los Puyol. Y luego están los superprivilegiados, los Busquets o Pedro, que les ha tocado la lotería. Se lo han trabajado pero ha llegado un entrenador y les ha dicho: ‘mañana juegas’. Esto no pasa mucho. Tengo muchos amigos que aún están en el Barça B, como Víctor Vázquez. Créeme que algunos eran mejores que yo. Pero hay que escoger. Cada uno encuentra su camino.
DB.-Se enteró del revuelo que hubo sobre Jon Toral, otro futbolista de la cantera del Barça que no hace mucho fichó el Arsenal. ¿Le sorprendieron las críticas a su entrenador, teniendo en cuenta lo similar de su caso?
-Yo creo que esto lo hace todo el mundo. Yo fui el primero, sí, pero ha habido otros casos que no han trascendido tanto. El Manchester United también se llevó a Piqué. Aquí lo único que está claro es que en el Barcelona hay canteranos buenísimos que pueden llegar a jugar en la élite, el 60% probablemente. Pero no todos lo van a hacer en el Barça y algunos jugadores son conscientes de ello.
DB.-¿Usted lo era?
-Mira, en el primer equipo del Barcelona llegan los privilegiados: los Xavi, los Puyol. Y luego están los superprivilegiados, los Busquets o Pedro, que les ha tocado la lotería. Se lo han trabajado pero ha llegado un entrenador y les ha dicho: ‘mañana juegas’. Esto no pasa mucho. Tengo muchos amigos que aún están en el Barça B, como Víctor Vázquez. Créeme que algunos eran mejores que yo. Pero hay que escoger. Cada uno encuentra su camino.
Fuente: http://www.donbalon.com/
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